El programa de Acreditación de Ajustadores de Seguros de Daños “PAASD”, es el resultado de un convenio de colaboración pactado en 2013 entre el Instituto Educativo de Seguros y Fianzas (IMESFAC) y AMASAC, con la finalidad de creare una nueva generación de ajustadores con apego a lo que ordena la Ley de Instituciones de Seguros y Fianzas, que ya está en vigor, y construir con ello una herramienta seria y ordenada para el futuro del Ajustador Mexicano.
El convenio se firmó con el acuerdo que podría participar cualquier persona que tuviera interés en el sector, dándoles desde luego prioridad a los ajustadores.
El curso se ha ido enriqueciendo, Munich Re permitió incorporar un módulo de Resguardo que inicialmente no estaba previsto, y otro que se adicionó fue el de contabilidad y pérdidas consecuenciales.
Está dividido en dos partes: El diplomado de Seguros, que corresponde al Instituto, y la parte técnica en siniestros, a cargo de los ajustadores de la Asociación.
Hoy en día es el curso en Daños más completo que hay en México.
Nos encontramos trabajando conjuntamente con el IMESFAC en el desarrollo de cursos en línea de manera mixta, presencial y a distancia, para la parte técnica y teórica; y en el diseño de un diplomado de transportes que se pretende estrenar a principios de 2016.
Vislumbrando hacia el futuro, convirtiendo a la Asociación en un órgano colegiado con toda la fuerza y autoridad para capacitar y certificar a los ajustadores no solo en el mercado mexicano, sino también en el ámbito latinoamericano, debiendo ser este el punto de referencia para posicionar a AMASAC en otro nivel.
Antes que el ajuste fuera incluido en la Ley, en la Asociación se había percibido siempre que no era del interés de las aseguradoras aquilatar la importancia de la tarea del ajustador en la cadena del aseguramiento, y menos propiciar su consolidación.
Con este cambio a la Ley, las condiciones están puestas para luchar porque esa apreciación y relación, independientemente de que sea por obligación, gire en ese sentido. Antes no existía la obligación ni la necesidad de profesionalizarse; hoy convergen ambas cosas y esperamos que sea para bien de la industria y de la práctica del ajuste en México.
